
La pregunta resuena en hogares de todo el país y de Latinoamérica: ¿a qué edad debe un niño tener su primer teléfono celular? Lejos de tener una respuesta única y definitiva, expertos en pediatría, psicología y tecnología coinciden en que la decisión trasciende un número en el calendario y se adentra en el terreno de la madurez, la responsabilidad y, sobre todo, el acompañamiento familiar.
Mientras que algunos especialistas sugieren esperar hasta los 14 años, la realidad en la región muestra una tendencia a la baja, con niños accediendo a su primer dispositivo con conexión a internet alrededor de los 8 y 9 años.
Este artículo explora las diversas facetas de esta decisión crucial, desglosando los riesgos y beneficios, ofreciendo una guía para padres y presentando el panorama actual en Ecuador y América Latina.
La Madurez, la Verdadera Métrica
Más allá de una edad cronológica, el consenso de los expertos apunta a la madurez del niño como el principal indicador para saber si está preparado para manejar la responsabilidad y los desafíos que conlleva un teléfono inteligente. “No se trata de la edad, sino del desarrollo de habilidades como el autocontrol, la responsabilidad y la capacidad de comunicación”, explica la psicóloga infantil Andrea Torres.
Señales de que un niño podría estar listo:
- Sentido de la responsabilidad: ¿Cuida sus pertenencias? ¿Es consciente del valor de las cosas?
- Autonomía: ¿Sabe cómo manejar situaciones inesperadas o pedir ayuda cuando la necesita?
- Comprensión de las normas: ¿Respeta las reglas establecidas en casa y en la escuela?
- Habilidades de comunicación: ¿Es capaz de expresar sus emociones y contar sus problemas a sus padres?
Una Moneda de Dos Caras: Riesgos y Beneficios
La entrega de un celular a un niño abre un universo de posibilidades, tanto positivas como negativas. Es fundamental que los padres sopesen ambos lados de la balanza antes de tomar una decisión.
Potenciales Riesgos:
Riesgo | Descripción |
Ciberacoso (Cyberbullying) | Exposición a acoso, intimidación o humillación a través de medios digitales. |
Contenido Inapropiado | Acceso a pornografía, violencia, discursos de odio y otros contenidos no aptos para su edad. |
Problemas de Salud Mental | Ansiedad, depresión y baja autoestima derivados de la comparación social en redes y la presión por la imagen. |
Alteraciones del Sueño | La luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, afectando la calidad del descanso. |
Sedentarismo y Obesidad | El tiempo excesivo frente a la pantalla reduce la actividad física. |
Riesgos de Privacidad | Exposición de datos personales y riesgo de contacto con extraños malintencionados (grooming). |
Adicción a la Tecnología | Desarrollo de una dependencia compulsiva del dispositivo. |
Potenciales Beneficios:
Beneficio | Descripción |
Seguridad y Comunicación | Posibilidad de contactar a los padres en caso de emergencia y facilitar la coordinación familiar. |
Alfabetización Digital | Desarrollo de habilidades tecnológicas indispensables en el mundo actual. |
Acceso a la Información | Herramienta para la investigación escolar y el aprendizaje de nuevos temas. |
Desarrollo de la Autonomía | Fomenta la responsabilidad en el cuidado del dispositivo y la gestión del tiempo. |
Socialización | Mantenimiento del contacto con amigos y familiares, especialmente a distancia. |
Recursos Educativos | Acceso a una amplia gama de aplicaciones y plataformas para el aprendizaje lúdico. |
El Panorama en Cifras
Los datos en América Latina reflejan una iniciación cada vez más temprana en el uso de dispositivos móviles. Un informe de UNICEF de 2023 señala que la edad promedio en la que los niños de la región reciben su primer celular con acceso a internet es de 8.9 años.
En Ecuador, aunque las estadísticas específicas y recientes sobre la edad del primer celular son más limitadas, los datos generales de uso de tecnología son reveladores. Según informes de 2024, el país cuenta con una alta penetración de internet y de telefonía móvil. Aunque algunos reportes más antiguos sugerían que un porcentaje significativo de niños entre 6 y 9 años ya poseía un celular, la tendencia, al igual que en la región, apunta a una normalización de su uso en la niñez intermedia.
Esta realidad subraya la urgencia de una educación digital temprana y de un involucramiento parental activo.
Guía para Padres: Navegando la Entrega del Primer Celular
Si ha decidido que su hijo está preparado para tener su primer celular, es crucial establecer un marco de uso claro y seguro desde el principio.
Pasos a seguir:
- Establecer un “Contrato” Familiar: Antes de entregar el dispositivo, siéntese con su hijo y elaboren juntos un acuerdo con reglas claras sobre su uso. Este puede incluir horarios, lugares donde el celular no está permitido (como el dormitorio durante la noche o la mesa durante las comidas), y las consecuencias de no cumplir las normas.
- Configuración Segura: Active y personalice las herramientas de control parental disponibles en el dispositivo. Restrinja las descargas de aplicaciones, los contenidos y las compras.
- Diálogo Constante y Abierto: Fomente un ambiente de confianza en el que su hijo se sienta cómodo para hablar sobre sus experiencias en línea, tanto positivas como negativas. Pregúntele sobre los juegos que le gustan, los videos que ve y las personas con las que interactúa.
- Educar, no solo Prohibir: Enseñe a su hijo sobre los riesgos en línea de una manera apropiada para su edad. Hable sobre la importancia de la privacidad, de no compartir información personal y de ser respetuoso con los demás en el entorno digital.
- Dar el Ejemplo: Los niños aprenden por imitación. Sea un modelo de uso responsable y equilibrado de la tecnología. Desconéctese durante los momentos familiares y demuestre que hay vida más allá de la pantalla.
- Priorizar Alternativas: Considere opciones como los smartwatches para niños más pequeños, que permiten la comunicación con un número limitado de contactos y ofrecen localización por GPS sin el acceso ilimitado a internet de un teléfono inteligente.
Los riesgos del uso problemático, más allá de las horas frente a la pantalla
Sin embargo, otros estudios con mayor apoyo científico confirman la preocupación general.

Un estudio anterior publicado en JAMA Pediatrics observó durante cuatro años los hábitos digitales de más de 4.000 adolescentes de Estados Unidos que tenían entre 10 y 14 años.
El 31,3% mostró un incremento en el uso adictivo de las redes sociales, y el 24,6% en el uso del teléfono móvil. Al mismo tiempo, se intensificaron los comportamientos de autolesión, los síntomas de depresión y la impulsividad.
Francisco José Rivera, profesor en la Universidad de Sevilla y uno de los líderes del estudio internacional HBSC, señaló: “Un uso intensivo, aunque no muestre problemas graves, puede llevar a un uso problemático”. Lo más importante fue que el tiempo total frente a las pantallas no explicaba los trastornos, sino el patrón de adicción y su desarrollo a lo largo del tiempo.
Impacto neurobiológico: qué pasa en el cerebro infantil

Desde un enfoque clínico, la psiquiatra Geraldine Peronace (MN 110.541) realizó una comparación en un artículo de Infobae entre el impacto de las pantallas y el de las sustancias estimulantes. “La reacción que se produce en el cerebro de un niño de un año y medio o dos años ante una pantalla es una hiperexcitación que genera una liberación significativa de dopamina, similar al efecto de una sustancia estimulante en un organismo infantil”, detalló.
Para Peronace, esta estimulación continua del sistema de recompensas puede reforzar comportamientos adictivos. “La salud mental está en riesgo. La situación es realmente complicada y grave”, subrayó. Y agregó: “La tecnología ha avanzado, pero la biología se desarrolla a su propio ritmo. Nada acelera el proceso biológico”.
Qué debe hacer un niño para un buen desarrollo sin celular
Como medida de prevención, Peronace mencionó el consejo en la Sociedad Española de Pediatría: nada de pantallas para los niños de 0 a 6 años y si se lo dan, debe ser un uso muy restringido después de esa edad. “Al detener el uso de todos los dispositivos durante 72 horas, se observa una notable reducción en la sobrecarga cerebral”, comentó. También recomendó activar el “modo avión” en horarios específicos y promover actividades sin conexión: jugar, explorar, sentirse aburrido.
“El niño debe jugar en el barro, debe explorar, dibujar, pelear con su hermano. ¿Por qué existe tanto temor al aburrimiento en esta era moderna?” se mencionó.
Las investigaciones indican que la prevención debe empezar desde la edad temprana. Más allá del tiempo que se pase frente a la pantalla, lo que está en juego es el desarrollo emocional, social y neurológico de los niños y adolescentes. Establecer límites, brindar apoyo, dialogar y desconectar —de manera oportuna— puede ser fundamental.
En definitiva, la decisión de cuándo dar el primer celular a un niño no tiene una fórmula mágica. Requiere una evaluación honesta de su madurez, un conocimiento profundo de los riesgos y beneficios, y un compromiso ineludible por parte de los padres para guiar y proteger a sus hijos en su viaje por el mundo digital.